Para comenzar es necesario incluir un marco teórico para entender el tema tratado. Para intentar descifrar el rol de los intelectuales en la sociedad primero habría que definir intelectual y algunos otros términos relacionados. Según la Real Academia Española y Wordreference.com:
Intelectual. (Del lat. intellectuālis).
Perteneciente o relativo al entendimiento.
Dedicado preferentemente al cultivo de las ciencias y las letras.
Inteligencia. (Del lat. intelligentĭa).
Capacidad de entender o comprender.
Capacidad de resolver problemas.
Conocimiento, comprensión, acto de entender.
Habilidad, destreza y experiencia.
Poder
Dominio, imperio, facultad y jurisdicción que alguien tiene para mandar o ejecutar algo.
Gobierno de un país.
Acto o instrumento en que consta la facultad que alguien da a otra persona para que en lugar suyo y representándole pueda ejecutar algo.
Criterio: Capacidad o facultad que se tiene para comprender algo o formar una opinión
Sabiendo esto se puede decir que un intelectual no tiene un rol que se ligue particularmente a la formación de individuos ni a la formación de proyectos de nación. El intelectual tiene una gran capacidad de aprender, por lo que, para aprovechar su intelecto es factible encontrarlos en instituciones educativas, tanto alumnos como profesores. El ser educados (lo que no quiere decir que no hayan intelectuales no educados, cuyas habilidades son derrochadas, o podrían ser llamados “intelectuales potenciales” quienes se diferenciarían de los “intelectuales educados”) significa que en su mayoría cuentan con los valores humanos básicos, enseñados en cualquier familia tipo y en cualquier institución escolar, por lo cual son tendientes a poner esos valores práctica y ahí es donde comienza su rol en la sociedad. Proyectando su solidaridad, comunicando sus conocimientos ya sea formando individuos (posiblemente nuevos intelectuales) ó proyectos de nación (difundiendo el conocimiento a grandes masas siempre con la idea de progreso en mente). La importancia de los intelectuales formadores de individuos es grande, ya que esos valores humanos básicos mencionados anteriormente determinan el rol que el intelectual vaya a tener en la sociedad, y esos valores son instruidos durante la misma formación de individuos. Puede haber tantos tipos de intelectuales como valores existentes para enseñar, así como ramificaciones de los mismos dadas por pensamientos que nacen a partir de éstos valores o la discrepancia con los mismos. Por ejemplo, alguien criado marcadamente bajo los valores posmodernos tiempo y dinero va a tener un rol social plenamente distinto al de alguien educado bajo la estimación de la solidaridad, generosidad y/ó tolerancia. Bajo los preceptos posmodernos los intelectuales serán probablemente empresarios o algún trabajo dónde esos valores garanticen el éxito. Pero esto no se aplica sólo a los intelectuales, ya que el futuro ó rol en la sociedad de cualquier persona encuentra sus raíces en los valores primordiales por los que se vive, pero las vivencias de cada uno pueden modificar la visón sobre éstos valores así como la capacidad de entendimiento (la cual los intelectuales cuentan con abundancia). La diferencia es que la intelectualidad permite alcanzar el poder, ya que permite obtener dinero, sinónimo de poder en las sociedades que se rigen bajo los valores posmodernos, y también permite generar argumentos por los cuales se logra el apoyo de las masas (probablemente ignorantes y fácilmente influenciables). El camino hacia el poder es logrado generalmente mediante los saberes (y la inteligencia), y en algunos casos la capacidad de poder expresarlos ante un intelectual potencial o un no intelectual. Estos argumentos pueden favorecer a las masas tanto como perjudicarlas; dependiendo de la mentalidad del intelectual (que depende de sus valores). También el acceso a conocimientos que la sociedad en general no tiene puede significar la obtención de poder. Según sus valores, el intelectual puede decidir si involucrarse, si tener un compromiso, o no, con la sociedad. Esa es su independencia con los espacios de poder ya que involucrarse significaría tomar el espacio de poder disponible (disponible porque tiene acceso a ellos por los caminos antes explicados). Como ya se indicó anteriormente el intelectual es capaz de generar argumentos a favor o en contra del criterio de otras personas (y de las acciones guiadas por ese criterio), por su capacidad crítica que se basa en el entendimiento (cualidad de los intelectuales) y para formar una opinión (argumento). La opinión o argumento del intelectual puede ser considerada o no, dependiendo de su calidad (contenido y forma en que fue expresada en relación al entorno al que se dirige) lo que, en caso de ser considerada por las masas, es adoptada como su opinión propia (refiriéndose a las masas que adoptan esa opinión del intelectual como propia) y se transforma en la “conciencia” de esa porción de la sociedad que aceptó la idea lo que muestra el poder del intelectual representando el poder de la población (teniendo en cuenta factores como el poder que tiene esa porción de la sociedad convencida por la idea, así como puede tener poder por la cantidad de ciudadanos “adoctrinados” también puede tener poder teniendo un puñado de ciudadanos bajo su poder, pero con mucho dinero, entre otras variantes). Ser la “voz de todos” (o de una parte de la sociedad) implica tener la representatividad de su poder, pero bajo las propias ideas del intelectual. El poder obtenido de las masas “ignorantes” es importante en un sistema democrático de gobierno y, generalmente, el poder obtenido, por ejemplo, por una parte adinerada o acomodada de la población es lograda por los intereses en común de esos intelectuales para su beneficio propio, pero bajo su propia ideología que en ciertos puntos puede coincidir. Por eso, ser la voz de todos, significa ser capaz de darle dirección al “poder ignorante” y la adhesión de otros factores o variantes como el “poder económico”, la responsabilidad que esto representa es grande, ya que se pueden lograr desde revoluciones hasta la manipulación de un gobierno o grupo de gente a través del poder económico según la mentalidad (basada en los valores) del intelectual dominante, que lidere la situación. Puede generar una catástrofe, así como guiar a su sociedad hacia el bien común (el bien común se basa en su educación, su concepción de lo que es este bien común). Una persona nunca está 100% segura de que esté en el camino correcto hacia el bien común, ya que no sabe si su concepción del bien común es tan buena como le gustaría, casi utópica, asumiendo que la perfección no existe, que siempre hay un camino mejor y desconocido. El capitalismo es una prueba de esto, ya que “lleva al crecimiento económico” pero también para que haya riqueza tiene que haber pobreza en un sistema capitalista, llegar a la riqueza empobreciendo a otros no es exactamente el “bien común” (de todos), lo cual plantea una utopía en la teoría capitalista. Los intelectuales pueden pensar por los demás si ellos se lo permiten, para “permitir” esto es necesario no contar con la inteligencia ni la capacidad crítica necesaria para pensar por uno mismo. Seres con éstas características pueden ser susceptibles a las “ideas externas” o no y pueden ser tendientes a adoptar ideas de estos pensamientos de otras personas (externos) ya que no pueden formular los suyos propios. Pero existe la posibilidad de que generen ínfimamente una creación propia, a la que por orgullo se adhieran, aunque carezca de lógica y razón (en este caso la llegada al poder se da por el saber de lo que las masas quieren y poder comunicarlo). Esto entorpece la obtención de poder del intelectual, quien puede pensar por los demás, ya que generando y representando los ideales que las masas quisieran poder crear, están expresando y encaminando sus pensamientos. Dependiendo de la concepción de cada uno de si la ignorancia y estupidez es culpa o no de la persona que tiene esa cualidad (cuyo análisis va más allá de este ensayo), se puede considerar que la responsabilidad y/o culpa por las acciones ocasionadas por el intelectual al que la misma población le dio poder también pertenece a la población que le dio poder o, caso contrario, el intelectual es considerado un manipulador, que aprovecha la estupidez ajena. El intelectual no “debe” pensar por los demás en el sentido que no tiene ninguna obligación a aprovechar los espacios de poder para el bien común. Éticamente quien debe pensar por los demás es quién, por su educación, tiene el afán por buscar el bien común, o lo más cercano a él que pueda encontrar. La democracia actual es un ejemplo de lo mal encaminada que está la búsqueda por el bien común, el poder se concentra en la idea dónde la mayoría de la población coincide, sin que sea necesaria la evaluación de la lógica y la razón. Lo cual perjudica el poder de los intelectuales que, en su búsqueda por el bien común (no significa que todos los intelectuales busquen el bien común) se encuentren con las ideas de otros intelectuales apoyadas por las masas ignorantes que pueden estar manipulándolos para su propio beneficio, o con una idea de bien común considerada errónea por la evaluación lógica y racional del primer intelectual mencionado. Asumiendo en éste ejemplo que el discurso del primer intelectual es favorable para el bien común (lógicamente) y viendo cómo las masas siguen al intelectual cuya idea de bien común promete favorecerlos, pero en la práctica no tiene lógica, se puede notar como lo democracia puede descarrilar el tren que iba dirigido al bien común. Otro ejemplo es pedir que un ensayo tenga 3 hojas aproximadamente cuando lo que importa es que responda todas las consignas, es decir, lo importante es la calidad, no la cantidad. Que tenga más o menos hojas del límite establecido no significa que vaya a ser mejor o peor, sino que sea más conciso o que abarque los temas de lleno y sea explicativo. Especialmente sabiendo que un ensayo refleja la opinión personal del autor, que no puede ser limitada a una cantidad de hojas, ya que no todo el alumnado opina igual, ni tiene exactamente lo mismo para decir, lo que significa que la capacidad para resumir y expresar las ideas es importante, y para quien tiene más para decir, es más difícil de expresar entendiblemente que quien se explaya sobre una sola idea, lo cual hace injusto imponer una cantidad de hojas, mínima y/o máxima. Se estaría inhibiendo a quien tiene más para decir, así como aumentando el trabajo del mismo. Mientras que quien se basa es un pensamiento unilateral (que no tiene por qué estar mal, pero incompleto en relación a quién se explaya por distintos temas relacionados al principal), o quien tiene un tipo de redacción concisa tiene que “arruinar” su trabajo agregando información sin contenido de importancia (sobre todo en una asignatura que no se especifica en la capacidad de resumir y expresar ideas, sino en la calidad de las ideas en sí). En este ejemplo se puede apreciar como calidad > cantidad.
Las facultades de los intelectuales, ya mencionadas en las definiciones y a través del trabajo son: tenencia de criterio e inteligencia (ver definiciones), capacidad de obtención de poder (a partir del criterio y la forma de expresarlo). El criterio, basado en la lógica y la razón, es la raíz de las ramificaciones que puedan tener los intelectuales, sumado a los valores que generan el cóctel que decidirá que rol tendrá el intelectual en la sociedad. Las combinaciones de tipos de intelectuales, aunque puedan tener una aproximada repetición, son infinitas, así como sus roles en la sociedad (en relación con el tema).
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